Las
barriadas
y
las
ciudades
emergentes
En
el
contexto
de
la
globalización
y
de
la
urbanización
creciente
en
todos
los
países
del
planeta,
es
necesario
hacer
una
revisión
del
concepto
de
“barriada” (ver nota)
como
un
fenómeno
a
escala
mundial,
pero
señalando
su
fuerte
presencia
en
los
países
menos
desarrollados.
A
menudo
el
término
“barriada”
es
utilizado
de
una
manera
difusa
y
poco
rigurosa.
Hemos
entonces
consultado
tres
diccionarios
de
la
lengua
castellana,
los
cuales
dan
las
definiciones
siguientes:
Barrio
marginal,
generalmente
de
construcciones
pobres
y
precarias
(Diccionario
de
la
Real
Academia
Española,
2001,
22ª
edición;
el
subrayado
es
nuestro)
Barrio
popular,
marginal,
tal
vez
sin
sistema
de
drenaje
ni
alumbrado,
lleno
de
vagos
y
malvivientes
(Diccionario
de
Jergas
de
Habla
Hispana,
2006,
1ª
edición;
el
subrayado
es
nuestro)
Barrio
con
viviendas
de
escasas
dimensiones
y
condiciones
de
habitabilidad,
construidas
con
materiales
de
desecho,
en
los
suburbios
sin
urbanizar
de
los
grandes
núcleos
urbanos
(Diccionario
de
la
lengua
Española
Espasa
Calpe,
2005;
el
subrayado
es
nuestro)
Así,
podemos encontrar algunos elementos inseparables y siempre presentes
en la realidad de las barriadas: la periferia de las ciudades es el
espacio habitualmente ocupado, la mayor parte del tiempo el único
espacio disponible; generalmente estas zonas se encuentran sin
urbanizar; las viviendas se construyen con materiales de desecho,
allí se establece una población de escasos recursos y marginalizada
de la vida de la gran ciudad.
Las
viviendas
precarias
son
a
menudo
construidas
sobre
terrenos
ocupados
ilegalmente,
pero
son
tolerados por
las
autoridades.
Estas
viviendas
son
en
realidad
pequeñas
chozas
hechas
de
materiales
de
recuperación.
En
este
contexto,
la
consecuencia
es
lógica:
las
condiciones
de
vida
serán
muy
difíciles
(Driant,
1991,
p.
17-20;
Matos
Mar,
2005,
p.
75;
Buffet,
2006,
p.
97);
pero,
la
situación
no
permanece
estancada,
lo
descrito
no
es
más
que
un
comienzo.
En
las
barriadas,
parece
darse
una
nueva
manera
de
hacer
las
cosas,
un
tipo
“diferente”
de
urbanización
en
donde
la
“consolidación”
posterior,
en
el
sentido
que
da
Driant,
sería
la
expresión
de
una
transformación
positiva
en
términos
de
calidad
de
vida:
[…]
esta
definición
[de
barriada
es]
fruto
de
la
experiencia
adquirida
después
de
veinte
años
de
desarrollo
de
las
grandes
barriadas,
[ella]
confirma
la
validez
de
su
interpretación
como
proceso;
su
novedad
consiste
en
priorizar
las
fases
posteriores
a
la
ocupación
del
terreno.
Riofrío
sustituye
la
descripción
de
las
carencias
por
la
de
un
proceso
de
dotación
que
integra
tanto
la
construcción
de
la
vivienda
definitiva
como
la
llegada
de
los
servicios
y
la
edificación
de
equipamientos
públicos
[…]
lo
que,
más
adelante
llamaremos
“consolidación”
(Driant,
1991,
p.
20)
En
el
mundo
del
siglo
21,
la
barriada,
expresión
de
pobreza
antes
de
su
consolidación,
es
un
medio
en
el
que
viven
millones
de
seres
humanos. En nuestra próxima entrega veremos algunos
hechos
y cifras
en
relación
a
este
fenómeno.
Nota.- En su trabajo sobre las
barriadas de Lima, Driant (1991, p. 15) explica la variante francesa
bidonville
como un término que proviene de bidon
(recipiente metálico) y ville
(ciudad) en referencia a la utilización de materiales de
recuperación a fin de construir viviendas en las zonas más pobres
de las ciudades. Pero otra acepción de la palabra francés bidon
en el sentido de “falso”, podría hacer alusión a la
precariedad de esos espacios urbanos; así, una barriada o
bidonville
seria una “falsa” ciudad, una ciudad sin los servicios mínimos,
una ciudad “incompleta”.
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