mercredi 19 juin 2013

La Economía informal y la Economía popular

En referencia a esta noción encontramos algunas variantes tales como: sector informal, economía subterránea, economía no registrada, economía no estructurada, etc. (Arellano, Gasse y Verna, 1992, p. 42). Una definición precisa de economía informal es dada por Bairoch y referida por Favreau y Fréchette:

La Economía informal es un conjunto de actividades que escapa a toda reglamentación y con uso intenso de mano de obra, cuyas calificaciones han sido adquiridas fuera del sistema educativo (Bairoch, 1997, citado por Favreau y Fréchette, 2002a, p. 97, nuestra traducción).

Sin embargo, en los países latinoamericanos, esta economía informal tiene lugar en una situación de urbanización sin industrialización, contrariamente a la urbanización llamadaindustrialen los países desarrollados.

En Europa y en América del Norte, la urbanización ha sido concomitante a la industrialización. No es el caso ni de América Latina ni del Perú. Estas sociedades se han urbanizado sin industrializase. Es la inflación urbana del Tercer Mundo (Bairoch, 1997). Además, los migrantes difícilmente han encontrado empleo en el sector moderno de la economía, sector demasiado pequeño. Es así que encontramos una población urbana flotante: más del 70% de ella está sin empleo o vive de un trabajo precario en el marco de la economía informal (Favreau y Fréchette, 2002b, p. 8, nuestra traducción)

Pero el sector informal no existe aislado del resto de la economía y de la sociedad, incluso se encuentra en fuerte interacción con los otros sectores y juega un rol importante en las economías de los países del Sur. Así, los investigadores Davies y Bromley proponen cada uno a su turno una visión de la informalidad más integrada al sistema económico.

Rob Davies (1979, p. 87-105, citado por Portes, 1981, p. 230) presenta un enfoque pragmático sobre el rol que juega la informalidad en las economías del Sur:
El sector informal es preservado porque cubre tres funciones importantes para el conjunto de la economía capitalista: en primer lugar, reduce al mínimo la diferencia de ingresos urbano/rural necesaria para atraer los trabajadores inmigrantes hacia la ciudad; en segundo lugar, facilita una suerte de seguro de desempleo para los trabajadores que llegan al sector informal desde el sector formal, sin costo para el sistema formal; en tercer lugar, provee bienes y servicios para el consumo popular que de otro modo no estarían disponibles o serian demasiado costosos (Portes, 1981, p. 230, nuestra traducción).

Así, Rob Davies, sobre la base de un estudio hecho en las barriadas de Zimbabwe, propone un modelo de articulación entre los modos de producción formal e informal, sobre la base de la persistencia del sector informal y los roles que él juega, a pesar que esté a menudo en competencia con el sector formal.

De otro lado, Bromley y Gerry (1979, p. 3-26), en una investigación sobre los países en vías de desarrollo, definieron casual workcomouna manera cualquiera de ganarse la vida con un bajo nivel de seguridad en cuanto a ingresos y al empleo mismo. Estos investigadores van a establecer una tipología de « casual work » en cuatro categorías:
  • Empleo a corto plazo, tal como los trabajos llamadosestacionales.
  • Empleo disfrazado, estos empleos parecen ser independientes, pero en realidad son empleos dependientes en los que el patrón prefieredisfrazarlospara no asumir los costos de la seguridad social ni respetar el salario mínimo, dando una independencia ficticia a los trabajadores.
  • Empleo dependiente, es el caso en el que el patrón reconoce a su trabajador, pero el marco legal sólo es respetado parcialmente.
  • Empleo independiente, los verdaderosautoempleados, empresarios populares generalmente a escala micro o de empresaindividual.

De este modo, mucho de lo que parece serempleo independienteen las ciudades del tercer mundo, son en verdad empleos bajo el control y beneficio de empresas formales. Por ejemplo, el caso de los vendedores de diarios en relación a las empresas editoras de diarios, o los vendedores de la calle que ofrecen productos diversos, pero que provienen de algunos grandes proveedores. Aunque Bromley y Gerry no utilizan específicamente el términoinformal, se trata de este fenómeno en estos casos.

En el contexto descrito, la solidaridad social y la economía social han jugado un rol extraordinario. Al inicio, como una estrategia de sobrevivencia y después como unamanera de hacer las cosas, las organizaciones populares han cambiado el rostro de la ciudad con practicas autogestionarias y de democracia participativa. Así, estas prácticas están muy alejadas de aquellas que se encuentran en el sectormodernooformalde la economía y la organización del resto de la sociedad peruana. La experiencia de Villa El Salvador es notable en este escenario, pero la historia reciente de Lima habla también de otros casos de barriadas menos solidarias y menos organizadas que Villa El Salvador.

En numerosos países del Sur, los movimientos asociativos locales en las barriadas tienden en efecto a tomar protagonismo en la escena social y política. Ellos son igualmente cada vez más activos en el terreno económico. De allí las nociones de economía popular y de economía solidaria ligadas a las del desarrollo comunitario. Entre el conjunto de iniciativas, una experiencia significativa, aunque relativamente poco conocida ilustra esa nueva dinámica: Villa El Salvador, en Perú, una barriada de 350 000 habitantes en las afueras de Lima, hoy convertida en una ciudad en la que la movilización social de los residentes, la economía solidaria y el desarrollo local han constituido elementos determinantes en la lucha contra la pobreza (Favreau y Fréchette, 2002b, p. 6-7, nuestra traducción) 


Sin embargo, la organización comunitaria en los países del Sur es prácticamente una estrategia de sobrevivencia. No se trata de evaluar su pertinencia, es una cuestión de vida o de muerte para los habitantes de las nuevas barriadas. Emerge así unaeconomía informalque no debemos interpretar automáticamente como una expresión deeconomía social:

Desde un inicio, conviene aquí no confundir la economía informal con la economía social y solidaria. La economía informal es un dispositivo de sobrevivencia, no un dispositivo de desarrollo. En América Latina, la economía informal es predominante, ocupando del 50% al 70% de la población urbana (Favreau y Fréchette, 2002b, p. 8-9)

A modo de síntesis, en el marco de nuestra investigación, laeconomía populares entonces el término que describe mejor las actividades productivas, comerciales y de servicios en las zonas periféricas urbanas de los países del Sur (Nyssens, 1997, p. 173-174; Castel, 2003, p. 3-4), es decir los mismos lugares en los que verificamos la aparición, evolución y transformación de las barriadas en ciudades emergentes.

Además, creemos necesario precisar adecuadamente otros conceptos que son utilizados sea como sinónimos, sea como términos muy ligados al de la economía popular. Una parte de la economía popular, generalmente menos compleja y producto de una estrategia de sobrevivencia, es llamadaeconomía informal. Se trata del sector de la economía popular que no observa el cumplimiento de los dispositivos legales y los reglamentos. Hay igualmente actividades informales que no forman parte de la economía popular, tales como los sectores no populares de los mercados negros y de la delincuencia organizada. Así, los grandes contrabandistas no son considerados como parte de la economía popular, pero ellos utilizan canales informales de distribución y de venta informal al menudeo, estos dos últimos pertenecientes a la esfera de la economía popular.

En otro nivel de análisis, existe también una parte de la economía popular que se parece a aquella denominadaeconomía social. Se trata de instituciones formales o informales que son establecidas en las zonas periféricas o que prestan servicios a favor de la población en esas zonas. A veces, este sector es llamadoeconomía popular solidaria.

Los empresarios populares con sus iniciativas económicas se convierten entonces en protagonistas de la economía popular, y las zonas populares en las que ellos desarrollan sus iniciativas emergen como nuevos mercados a considerar en la periferia de la metrópoli.